Nuestro mundo se ha parado. Estamos ante una situación sin precedentes. Entre una avalancha de noticias diarias, unas necesarias y fiables, otras con ese sentido del humor que nos caracteriza a los españoles y otras alarmantes que nos conducen al pánico social.

La situación es crítica, debemos actuar con responsabilidad y coherencia, a la vez que, es necesario mantener la tranquilidad y la calma.

Respetemos lo que nos están pidiendo las autoridades, al pie de la letra!!!!, para parar el contagio masivo. Pero también es necesario mantener nuestra estabilidad emocional. ¿Y cómo podemos hacerlo?.

Seleccionad la información que se envía, no hace falta que estemos todo el tiempo conectados. Aprovechad este tiempo para estar con la familia, pero de verdad, disfrutando de la compañía de los nuestros.

Respecto a nuestros hijos. A los más pequeños, explicadles lo que ocurre. De forma clara, tranquila y sencilla. Eso les dará seguridad y tranquilidad. Proteged a los adolescentes, ellos están conectados a las redes sociales, y no toda la información a la que acceden es adecuada para ellos. Atención al tiempo con el móvil y demás tecnologías, seguid poniendo horarios. Acompañadlos desde la emoción. Preguntadles qué sienten. Validar su emoción. Todos estamos sintiendo miedo, angustia, incertidumbre…ellos también, aunque no lo verbalicen. Normalizar el miedo. Es la emoción que nos protege, nos pone en alerta. Es cuando se convierte en angustia y pánico, cuando sí que puede acabar siendo dañina para nuestra salud emocional. Hablad de esas emociones, son adaptativas a lo que estamos viviendo. Permitirles procesarlas. Los más pequeños pueden dibujar su emoción, inventaos cuentos con ellos….de esta forma podrán elaborar sus sentimientos. Y por supuesto, hablad también de vuestras emociones.

Y no nos olvidemos de nuestros “mayores”. Están constantemente escuchando que son la población de mayor riesgo. Junto a la frágil salud, de algunos de ellos, ahora se suma este virus amenazante. Acompañadles, en muchos casos, desde la distancia, con calma y con amor. Vamos a cuidarlos y velar por ellos, igual que ellos hicieron con nosotros cuando éramos unos niños.
En principio, van a ser quince días de aislamiento, si no son más……para evitar que la situación en casa nos supere, plantear unas rutinas. Horarios de comida, sueño, higiene. Dedicad tiempo a las tareas de la casa, deberes del cole, al trabajo o al estudio. Compartid momentos de juego y entretenimiento. Recuperad los juegos de mesa, inventaros coreografías de baile, haced manualidades, videos, cocinad juntos… no os olvidéis del deporte y de actividad física, importantísimo para liberar tensión. Los ejercicios de relajación y respiración en familia, también nos ayudarán a mantener la serenidad.

Esta situación nos “obliga” a replantearnos muchas cosas. Se hacen figura nuestros mayores miedos. El miedo a la enfermedad, a la muerte, a la inseguridad económica….Nos hace tomar más consciencia de nuestra vulnerabilidad. La situación nos ha hecho parar, parar de golpe. Vivir más hacia dentro. Aprender a compartir más tiempo con nuestra familia, a trabajar en equipo, ahora como humanidad. Y estos son aspectos que también van a aprender nuestros hijos, y nosotros…
Enfoquemos entre todos esta situación de la forma más constructiva y serena. Suerte a todos!

 

Esther López Cuello

 

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